Está en la sangre…
De abuelos y padres deportistas, crecí en el ambiente deportivo, rodeado de gimnasios, pista atlética (la única que había en ese entonces), piscinas y canchas de futbol.
Fui viendo el crecimiento y desarrollo de todos los deportes de nuestra ciudad, acompañado del crecimiento personal.
Con el pasar de los años todo seguía igual y nada progresaba, pero el amor al deporte, es lo que a todo deportista empuja. Sin importar las condiciones, que a veces son de escasa organización (todo impuntual, falta de materiales, en algunas carreras falta de hidratación). Otras de infraestructura, no importaba si el agua de la piscina estaba verde, sin mantenimiento, daba un poco de repugnancia sí, pero cuando entrabas, era a darlo todo, olvidándote de las circunstancias.
O que la cancha de fútbol tenga pozos por todos lados. Siempre escuchando la famosa excusa: “si la cancha es fea vas a tener un mejor dominio de balón”, cuando ahora podemos ver que el futbol es tan dinámico en canchas de excelente condiciones y la técnica paso de ser un recurso a una necesidad. ¡Cómo nos mentían!
Hoy en día hay un movimiento interesante, gente joven queriendo hacer las cosas diferentes, capacitándose, queriendo buscar la dosis perfecta de cloro para que el agua sea cristalina. En mi caso, teniendo la suerte de haber tenido una formación deportiva en otros países, compitiendo a distintos niveles y en distintos deportes, ganando experiencia, observando y aprendiendo.
ATLESTAR no es solo una agencia deportiva, es un movimiento que busca ayudar desde nuestro lugar a nuestro deporte, nuestra ciudad y nuestro país.
Transformando y llevando nuestras experiencias vividas, para que tu experiencia en un evento ATLESTAR sea inolvidable.